8.26.2008

A los 25 años cumplió su sueño a metros de su casa y perdió el trabajo

La joven estaba esperando el ascensor el martes por la tarde, cuando salía de su departamento del barrio de Recoleta para irse a trabajar en Boedo.
Vestida con jeans, un sweater y zapatillas verdes, miró el reloj porque se le hacía tarde. No era la primera vez, sino que ya había sido advertida por su jefe en varias oportunidades porque no llegaba a horario.
El ascensor no subía ni bajaba. Desde otro piso lo habían detenido. Alguien había dejado la puerta abierta, lo que imposibilita que otros puedan usarlo.
“De repente escuché unos gritos; alguien estaba cantando. Por supuesto que me empecé a reír y me preguntaba que quién podría ser”, contó la joven de 25 años. Y continúo diciendo que por su voz gruesa y potente era un hombre grande. ¿Pero quién se animaría a cantar con tanta soltura y sin vergüenza?
Mientras tanto, ella seguía esperando el ascensor. Los minutos pasaban y llegaba cada vez más tarde al trabajo. Ya se imaginaba el reto por parte de su jefe.
Hasta que por fin escuché el ruido de la puerta que se cerraba y llegaba hasta mi piso. Yo estaba bastante enojada, pero con la incertidumbre de saber con quién me iba a encontrar”, dijo.
Pero lo que ella nunca se iba a imaginar es que quien estaba en el ascensor era Sergio Denis.
Sí, el músico que dice en sus canciones que hay que ”pedirle a San Antonio cada domingo, que te mande un novio”. O también conocido por sus romances con Susana Giménez o la fugaz relación con la ex Gran hermano 5, Melisa Durán.

La joven y Denis, solos, encerrados en un cuadrado de dos por dos, de paredes herméticas. Ambos bajaban a la planta baja del edificio. Fue un viaje que no duró más de 40 segundos; venían de los pisos más altos de la torre de Recoleta.
En un primer momento, ella bastante seria saluda al hombre, pero al notar su simpatía el viaje fue más relajado.
Él estaba vestido con un jean, camisa blanca y blazer marrón. Siempre con la guitarra en mano, listo para cantar. Bien peinado y con zapatillas, Denis parecía que tenía ganas de hablar.
“‘Hola, ¿como andas?, ¿te estas yendo a la facultad?’ me dijo con una sonrisita. Por un lado pensé que qué le importaba a donde iba yo. Encima que soy la mujer más desconfiada del mundo. Sin embargo le contesté, porque soy educad, pero además, por la gran admiración que tengo hacia él desde pequeña”, contó.
Y siguió diciendo que ella no paró de mirarlo a él ni un segundo; era su sueño hecho realidad.
A cada rato miraba la pantalla del ascensor que indica por qué piso iban y se daba cuenta que le quedaba poco tiempo con Sergio; que esa era su única oportunidad para hablarle y tenerlo cerca. Ya que cuando fue a sus recitales no pudo estar a poca distancia del escenario. Las entradas se habían agotado enseguida.
Por un lado, ella quería abrazarlo, darle un beso, hablarle. Pero por otro, no sabía qué hacer; no sabía cómo reaccionaría Sergio y tampoco tenía intenciones de arruinar ese momento.

La conversación entre ambos continuó. La joven le comentó que efectivamente se iba a trabajar y que estaba llegando tarde por el retraso del ascensor. Y ahí fue cuando Sergio Denis le pidió disculpas y para remediar la situación, él le hizo una promesa.
Ésta consistía en darle dos entradas para irlo a ver en su próximo show, desde la primera fila, más la posibilidad de visitarlo en los camarines antes de salir a escena.
Como si fuese poco, también le dijo que en cuanto llegaran a planta baja le tocaría el tema que ella prefiriera.
Y así fue. Denis cumplió con su promesa y la joven mucha, su sueño. Los porteros del edifico no entendían que sucedía. ¿Por qué Sergio iba a ponerse a cantar en el edificio?
Ella eligió la canción que dice en cada estrofa “todos los domingos, todos los domingos”; el tema que más le gustaba.
“Pensar que yo cuando era chica le rezaba a San Antonio para que me mande un novio y lo hacía todos los domingos como dice la canción. Yo hacía todo lo que sus letras decían. No hay nadie más fanática de él que yo”, reveló.

Después de haber cumplido su sueño, se despidió del cantante, le pedió un autógrafo y cuando llegó al trabajo se encontró con su jefe con una hoja en la mano. ¿Qué significaba? La renuncia sin goce de su indemnización correspondiente, por el simple hecho de haber llegado tarde por quinta vez en el mes.

2 comentarios:

Lucho dijo...

jaja muy bueno barbi

Anónimo dijo...

"Un hombre de 43 años, de nacionalidad ecuatoriana fue encontrado muerto a pocos metros de la embajada de su país. Una vecina del barrio denunció ante la comisaría de la zona, pero sin dar detalles al respecto".

tratar de no inicar con la edad.
de que barrio?

si pones numeracion exacta "al 585", no corresponde la palabra "al"

la palabra "Alrededor " parece roder al cuerpo y sería mejor, especificar cuan cerca del cuerpo estaban las cosas.

en vez del "el traje del señor " reemplazar por hombre.